miércoles, 3 de septiembre de 2008




es hermoso que bernhard haya sido traído a nuestro cuadrado varias veces. hoy fede contaba que su versión de "martirio" fue celebrada en clase de actuación.

el cuadrado todavía es un territorio mezquino, pero a veces los límites se desdibujan: la indeterminación, la vacilación, la duda son huellas de la adolescencia. es poco lo que se puede afirmar, lo que se afirma se radica, se planta, se clava en el suelo esa estaca pero no echa raíces. las raíces del cuadrado van sobre la superficie. todos en este barco estamos heridos de adolescencia, por eso simpatizamos con TB y nos angustiamos irremediablemente con el mate que no llega o con los cereales que se terminan.


Al cementerio van mis pies



Al cementerio van mis pies,
por mil años entran al cementerio,
a la tierra que huele al mortero de las ánimas
y a los dedos de los gitanos.
Al cementerio van mis pies,
por mil años entran al cementerio,
al viento,
y a las voces de la tierra.
Al cementerio van mis pies,
por mil años entran al cementerio,
a la fuente del ruido,
a la carne,
a los pesares que hay en los corazones y los oprimen,
y a los cántaros negros
de los que el vino
de los ahumaderos y los enterradores,
el vino de los dioses campesinos
va ascendiendo.

No hay comentarios: